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El Defensor del Pueblo de Navarra participa en las V Jornadas de Psicología en Navarra.

15 noviembre 2012

El Defensor del Pueblo de Navarra, Francisco Javier Enériz Olaechea, ha participado en las V Jornadas de Psicología en Navarra, que se celebran del 15 al 17 de noviembre en la Universidad Pública de Navarra, organizadas por el Colegio Oficial de Psicólogos de Navarra.

El Defensor del Pueblo ha participado en la mesa redonda titulada “Intervención social y sociedad navarra”.

Tras analizar cómo ve la sociedad navarra y los problemas que actualmente aquejan a esta relacionados con la profunda crisis económica actual, Enériz ha destacado el papel de ayuda, orientación y asistencia que prestan los psicólogos a las personas que pueden considerarse damnificados, si no víctimas de dicha crisis, en cuanto que son intermediadores sociales entre la sociedad y el individuo.

Siguiendo la experiencia desarrollada por el Gobierno del Reino Unido desde 2009, consistente en prestar ayuda psicológica gratis a la población de trabajadores que presentaban problemas de ansiedad o depresión derivados de problemas económicos, pérdida de empleo o conflictos familiares, el Defensor del Pueblo de Navarra ha sugerido al Colegio Oficial de Psicólogos de Navarra el estudio de un conjunto de medidas que podrían implementarse si así se viera oportuno, bien por el propio colegio, bien en colaboración con la Administración, bien en colaboración con organizaciones no gubernamentales como Psicólogos sin Fronteras u otras:

  1. La creación de unidades de ayuda psicológica a implantar por las áreas del territorio que se demarquen, o la organización en el Colegio de un servicio de apoyo psicológico gratuito a quienes carecen de recursos económicos y son víctimas de esta crisis, al menos en una atención de urgencia, o de primera atención, o de apoyo. Estas unidades se en cargarían de proporcionar estrategias específicas de apoyo a personas con problemas psicológicos.

  2. La incorporación de servicios de asistencia y orientación psicológica en los centros sanitarios de atención primaria, donde psicólogos entrenados proporcionarían tratamiento especializado. Para ello, sería precisa la colaboración con la Administración foral.

  3. También en colaboración con la Administración, la formación de equipos de salud de atención primaria (médicos, enfermeras, etcétera), para ayudar a las personas a detectar los problemas de salud mental que pueden estar derivados de la crisis económica actual.

  4. La habilitación de una línea de ayuda telefónica directa, (ya existe el Teléfono de la Esperanza, pero tal vez podría estudiarse su potenciación y extensión), atendida por psicólogos y personal sanitario debidamente formado para este fin, y dirigida, sobre todo, a personas afectadas por depresión, ansiedad, angustia...

  5. La difusión de información, a través de internet y de otros medios, de todos los recursos y servicios disponibles para cada ciudadano que les puedan ayudar, apoyar u orientar.

  6. La publicación de unas guías con consejos prácticos para superar las dificultades que pueden aparecer a partir de problemas relacionados con la crisis económica. El objetivo de la guía no sería tanto solucionar los problemas de ansiedad o de bajo ánimo que las personas están experimentando, como el de ayudar a identificar aquellas señales que pueden estar avisando que se está comenzando a tener un problema, y aportar una serie de consejos para prevenir su aparición u orientar cuándo hay que acudir al profesional y ponerse en sus manos.

  7. La organización de cursos de formación –breves y concisos- para prevenir y enseñar a enfrentarse a las dificultades, a los problemas y a los inconvenientes cotidianos. En suma, enseñar a controlar las emociones negativas y a cambiar determinadas conductas en beneficio de la propia persona y del grupo: motivación, voluntad de vencer, optimismo y positividad, relativización, diálogo sereno, autoconocimiento, apoyo en las redes sociales próximas, adaptación a las circunstancias, etcétera.

  8. La realización de una campaña boca a boca, o en prensa mediante la presencia de profesionales, esto es, por medios sin coste, de que el estrés laboral por la pérdida de empleo o por el temor a que ocurra, supone más gasto que la atención psicológica directa a través de reforzar la atención primaria o los colegios de psicología.

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